Es curioso ver cómo en estos tiempos proliferan programas
buscando las mejores voces de este país. A pesar de los talentos que allí se
exponen, nunca me sorprendieron en exceso, supongo que porque yo hace unos años
ya había encontrado la mejor de todas.
Fue en el Libertad 8, hace ya varios años, llevaban tiempo recomendándome ir a un concierto de un tal Andrés Suárez, un gallego que según me decían, acababa de llegar a Madrid con la guitarra a cuestas y no iba a dejarme indiferente. Ya en la primera canción se me pusieron los pelos de punta, jamás había visto vibrar las paredes de ese viejo café de la forma en que su voz lo conseguía, rebotando suavemente y consiguiendo sobrecoger a cualquiera. Era tal su potencia vocal que sobraba el micrófono, no podía creérmelo.
Después de ese concierto vinieron muchos otros. Fue
mejorando progresivamente, llevando las canciones un punto más allá, cada vez
con mayor capacidad lírica. Con los años también fue creciendo su público,
hasta el punto de quedarme fuera en varios conciertos por llegar pegado de
hora. Después de eso llegó su fichaje por EMI, sus llenazos en salas y teatros
míticos pero por supuesto, muchas y muy buenas canciones.
Hace un año lo único que sabía de ti es que
calzabas más de un 36. Que soñabas con marcharte a Dublín y con perderte
entre sus piedras y charcos.
Yo nadaba a la
deriva, como un marinero en tierra que perdió su barco y que gritaba borracho
de pena y de nostalgia “vuelve” en cada esquina. Fue en el sur donde la vi bailar flamenco por primera vez, y allí, me enamoré.
Así fue como te conocí, a paso de gigante, aunque la certeza de que dolerías algún día anidaba ya en mi pecho
en llamas.
Ahora lo malo está en el aire y a mí me faltan números cardinales para tachar
en el calendario los días que pasé sin ti. Sólo necesito seis caricias para calmar tu ausencia. Para beberme a sorbos y a oscuras los
recuerdos.
No quiero que
pidas perdón por los bailes, si la vida concediera segundas
oportunidades, sólo pediría que esta vez, si puedes, ojalá me quisieras. Yo
mientras seguiré en Madrid, mintiendo a todo el mundo que me pregunté por ti.
Poco puedo decir de esta entrada, en apenas un año y pico he pasado de no conocerlo a escucharlo casi a diario.
ResponderEliminarPor si fuera poco este sábado lo veo en directo, y ya me dijo un pajarito que es en gran parte gracias a ti = )
Un abrazo!
Tuvo que estar genial ese concierto :-)
EliminarUn abrazo
Tiene una voz mágica este chico. Una pena que la única vez que le haya escuchado en un concierto fuera su peor actuación. Aunque las salas estén llenas escuchando a este gallego, tengo que quitarme esa espinita.
ResponderEliminarAbrazos patunos
Bueno, tienes que darle más opotunidades ya te lo dije :-) en un día bueno sentirás que nunca has escuchado nada igual.
EliminarUn abrazoo
Mar y yo lo descubrimos en Santander, en un garaje donde nos ganó para siempre con una voz capaz de desgarrar los sentimientos.
ResponderEliminarImprescindible en este lugar.
Cuídate.
En los sitios donde la voz retumba es donde más cala. "La casa del abuelo" imagino, creo que mi hermana estuvo en ese concierto pero todavía nos os habían presentado jajaja.
EliminarUn abrazo.
Que alegría abrir esto y encontrarme al gran Andrés Suárez, y ver que no estoy sola en el mundo de sus amantes.
ResponderEliminarjajaja, creo que no le faltan amantes, por suerte.
EliminarSalud.
¡Ey! Qué composición más chula has hecho con los títulos de las canciones!!
ResponderEliminar¡Me encanta Andrés Suarez!!!
Gracias Lole, un placer que te guste. Suárez es un grande.
EliminarAbrazos.