La primera vez que escuché a Toni Jiménez fue en directo, acompañado
de su guitarra y su armónica, recuerdo haber cerrado los ojos y sentir como los
mejores tintes americanos extraídos del country, folk y blues se colaban en mis
oídos. La letra acompañaba la música, narrando una historia y aunque las
comparaciones son odiosas, no pude evitar recordar al gran Quique González en
sus mejores tiempos.
Pero si suena bien en solitario, con banda lo hace aún
mejor; sólo hay que escuchar su disco “Deudas y dolores” para darse cuenta del
potencial musical que encierra. Toda una mezcolanza de sonidos y sensaciones
que dejan un sabor muy dulce y te hacen querer volver a escuchar todas y cada
una de ellas otra vez.
Te invito a sumergirte en sus canciones, a hacer un pacto con
el diablo, hasta que no aguantes más y, si te superan las circunstancias, siempre
te quedará la baza del truco de escapismo.
Toni
compagina también un proyecto poético-musical junto a Olga Domínguez al que han
bautizado como “Las deudas de Medea”, puedes verlo en directo como parte del cartel
del Festival Acróbatas este 15 de Noviembre en el mítico L’Oncle Jack de
L’Hospitalet de Llobregat.
¿Desabrochar?, me encanta, no es descubrir, no es conocer, es saborear despacito, es sorbito a sorbito, a mi tambien me gustan las canciones de TONI JIMENEZ.
ResponderEliminarEsa es un poco la idea, que las canciones sean capaces de transmitir la esencia de cada artista, desabrochándolas poco a poco.
EliminarGracias por pasar.